Uno de los desafíos más graves ante los que se encuentra el mundo de hoy es la crisis del agua que se avecina: en efecto, en el siglo pasado la demanda mundial de este precioso elemento se multiplicó por más de seis mientras que la población del planeta se triplicó. De no mejorar la gestión de los recursos hídricos y los ecosistemas conexos, en 2025 dos tercios de la humanidad padecerán problemas de penuria de agua grave o moderada.
La UNESCO ha desempeñado una función decisiva en la promoción del tema del Día Mundial del Agua de este año, esto es, "Agua para el Desarrollo". Con la creación del Programa Hidrológico Internacional, en 1975, lideró las iniciativas destinadas a proporcionar una base científica que permitiera evaluar los recursos hídricos mundiales y elaborar principios éticos y socioeconómicos por los que se guiaran las prácticas de ordenación y aprovechamiento de los recursos hídricos, especialmente en las zonas áridas.
La UNESCO actúa en estrecha colaboración con otras organizaciones del sistema de las Naciones Unidas. Por ejemplo, acoge la Secretaría del Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos. Mediante una acción concertada en la que participan 23 organismos del sistema de las Naciones Unidas, el Programa elaborará el Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos, cuya primera edición se presentará en el tercer Foro Mundial sobre el Agua previsto para marzo de 2003 en Kyoto (Japón). Por primera vez, las autoridades de los países, las organizaciones no gubernamentales y los simples ciudadanos tendrán acceso así a un balance periódico de la situación mundial y regional.
La UNESCO también ha hecho causa común con la Cruz Verde Internacional, que preside Mijaíl Gorbachov, en torno a un nuevo gran proyecto, "Agua para la Paz", cuyo objetivo es que los encargados de adoptar decisiones así como los expertos y estudiantes en hidrología adquieran las capacidades de negociación necesarias para impedir que el problema del agua genere conflictos internacionales. Juntos debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que en el siglo XXI el agua sea fuente de paz y no de guerras.
Mediante la elaboración de principios y métodos que posibiliten una ordenación eficiente y ética de este recurso y respeten al mismo tiempo los ecosistemas conexos, nos acercamos más a la meta del desarrollo sostenible. Como forma de destacar este potencial, actualmente la UNESCO está poniendo en marcha un gran proyecto centrado en la cuenca del río Volga y el mar Caspio. Representantes de 39 provincias y repúblicas de la Federación de Rusia elaborarán junto con los cinco grandes programas de la UNESCO un plan interdisciplinario de desarrollo que permita atender de manera equilibrada las necesidades hidrológicas, ecológicas y socioeconómicas de la cuenca. Este ejemplo excepcional de enfoque integral se presentará en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible que se reunirá en Johannesburgo (Sudáfrica) en agosto de 2002; se sustenta en la convicción de que sólo combinando los principios científicos y éticos con unas prácticas racionales desde el punto de vista social, podremos legar a las generaciones futuras un mundo que haya sabido hacer del agua un recurso duradero.
Probablemente el agua sea el único recurso natural que atañe a todos los aspectos de la civilización, desde el desarrollo agrícola e industrial hasta los valores culturales y religiosos arraigados en la sociedad. La vida en el planeta comenzó con el agua y ese nexo entre la vida y el agua sigue intacto. De hecho, a lo largo de la historia de la humanidad la necesidad y la demanda de agua han sido un motor del desarrollo social, económico y cultural. No es exagerado afirmar que si hay una crisis del agua también habrá una crisis del desarrollo. De ahí la oportunidad de haber escogido el tema "Agua para el Desarrollo" para el Día Mundial del Agua de este año.
Koichiro Matsuura
