Roma, 18 abril 2001.- La Organización de las Naciones Unidas para
la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha instado a la comunidad
internacional a acelerar la lucha contra el hambre y la subnutrición
crónicas. "Es necesario un compromiso político más fuerte
y una acción a tiempo para mejorar la forma de vida de unos 800 millones
de personas, en buena parte niños, en los países en vías
de desarrollo que no pueden vivir una vida plena debido a la ausencia de
acceso a los alimentos adecuados", dice la FAO en una serie de documentos
que se publican hoy.
Los documentos se discutirán en la próxima sesión del
Comité sobre la Seguridad Alimentaria (Roma, 28 mayo - 1 junio 2001).
La sesión es un encuentro preparatorio para la "Cumbre Mundial sobre
la Alimentación: cinco años después" que se celebrará
en noviembre. La FAO ha invitado a los líderes mundiales, a la comunidad
internacional y a la sociedad civil a participar en este evento mundial,
que tendrá lugar en Roma del 5 al 9 de noviembre 2001, a renovar los
compromisos que contrajeron en 1996 en la Cumbre Mundial sobre la
Alimentación y a traducirlos en programas prácticos.
Las perspectivas indican que el objetivo fijado por la Cumbre en 1996, reducir
a la mitad el número de personas subnutridas en el mundo (pasando
de 800 millones a 400 millones) para el año 2015, no se conseguirá
a menos que se le haga frente con renovada determinación.
"La existencia simultánea de una difusa privación extrema de
alimentos y de la abundancia de abastecimientos alimentarios en un mundo
con excelentes medios de comunicación y transporte, hace pensar que
hay fallos fundamentales en el funcionamiento de las naciones y en el modo
en que las relaciones entre ellas se gobiernan y gestionan", agrega la FAO.
Ganar la batalla contra el hambre es posible teniendo en cuenta las capacidades
técnicas, financieras e institucionales de nuestra época. Para
ello, es necesario sin embargo "la acción prioritaria para reducir
el hambre y desarrollar la agricultura en las zonas rurales". Dos tercios
de la población indigente en los países en vías de
desarrollo vive en zonas rurales. Las familias de agricultores en pequeña
escala se encuentran habitualmente entre los más pobres y los menos
nutridos.
El hambre crónica es a la vez causa y efecto de la pobreza, dice el
documento. "Cuando la población -niños o adultos- pasa hambre,
su respuesta a las oportunidades de desarrollo estará cohibida. En
muchas economías la presencia de hambre difusa obstaculiza el potencial
de crecimiento de la economía nacional. Solo si las personas comen
bastante, podrán trabajar y generar riqueza, recuerda la FAO.
Según el informe, no ha habido señales desde la Cumbre Mundial
sobre la Alimentación en 1996, de un aumento de los recursos
internacionales o nacionales destinados al desarrollo agrícola. Por
el contrario, la Ayuda Oficial al Desarrollo Agrícola ha sido un fracaso
rotundo. "Al mismo tiempo -dice el documento- una serie de países
entre los más expuestos a la inseguridad alimentaria, no han conseguido
movilizar recursos para reducir el hambre, mientras han aumentado en cambio
sus gastos militares".
Tanto los países desarrollados como aquellos en vías de desarrollo
parecen ser incapaces, a pesar de los compromisos que contrajeron hace cinco
años, de conseguir los recursos suficientes para erradicar el hambre.
Inversiones relativamente modestas junto con sencillos cambios
tecnológicos, pueden aumentar la productividad de los agricultores
en pequeña escala, mejorar la seguridad alimentaria y reducir la pobreza,
dice la FAO.
Los países que reconocen el papel clave que el sector rural
desempeña en el desarrollo económico, siguen representando
una excepción. Predomina todavía las políticas centradas
en las zonas urbanas mientras el sector rural a menudo se deja de lado. El
informe cita, como un caso de éxito, Tailandia donde la malnutrición
y la pobreza disminuyeron rotundamente en los años 80. El éxito
de Tailandia se basó en su inversión en capital humano y en
el fomento de la participación y la autonomía local mediante
proyectos de desarrollo en aldeas, en la mejora de la cobertura de los servicios
mínimos para las comunidades rurales y en el aumento de la
producción de alimentos, ligada a la educación nutricional.
Finalizada la Cumbre Mundial sobre la Alimentación fueron pocos los
gobiernos que emprendieron acciones a larga escala, en las que tomasen parte
las organizaciones de la sociedad civil, para luchar contra el hambre, subraya
la FAO.
"Existe también el peligro real de que el mismo éxito de la
revolución agrícola del siglo pasado y la general idoneidad
actual de los abastecimientos alimentarios en el mundo puedan fomentar la
difusa indiferencia hacia la necesidad de encontrar soluciones urgentes para
el hambre crónica", se lee en el documento.
Las cumbres internacionales, como las de los influyentes países del
G-7, G-8 y G-77, raramente tocan el problema del hambre, agrega la FAO. Las
instituciones internacionales no han incluido la reducción del hambre
entre los elementos centrales de sus objetivos de desarrollo.
La FAO pide a los países desarrollados que abran sus mercados,
especialmente a las exportaciones agrícolas de los países en
vías de desarrollo, para reducir la inundación del mercado
con precios inferiores a los corrientes (dúmping) y compartir
tecnologías.
"El propósito de invitar a los gobiernos -dice el director general
de la FAO, Jacques Diouf- es dar un nuevo impulso a los esfuerzos de todo
el mundo en favor de las personas que padecen hambre". "Debemos conseguir
tanto la voluntad política como los recursos financieros para luchar
contra el hambre. La comunidad internacional ha declarado repetidamente que
está dedicada a la erradicación de la pobreza. La eliminación
del hambre es el primer paso de importancia vital en este sentido. No podemos
dar por descontado que la desaparición del hambre será un producto
derivado de la eliminación de la pobreza. Es necesario prestar mas
atención al hambre y al desarrollo agrícola dentro del amplio
horizonte de la reducción de la pobreza".
La lucha contra el hambre va en interés de todos los países,
porque el hambre y la privación extrema pueden amenazar la paz y la
seguridad, dice la FAO. "Los conflictos locales originados por los escasos
recursos pueden desembocar rápidamente en conflictos regionales que
llevan a una desestabilización masiva e impiden cualquier seria
consideración de las materias de seguridad alimentaria a largo plazo
en los países afectados".
El objetivo de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación no es demasiado
ambicioso y sigue siendo alcanzable, dice la FAO. "El impulso debe venir
de las familias, comunidades y países donde la inseguridad alimentaria
es más profunda, pero sus esfuerzos deben ir acompañados por
el compromiso recíproco de recursos por parte de la comunidad
internacional".
La "Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después"
tendrá lugar en el ámbito de la Conferencia bienal de la FAO,
que ha seguido de cerca los progresos de cara al objetivo de la Cumbre Mundial
sobre la Alimentación. Los líderes mundiales están invitados
a indicar las medidas destinadas a conseguir que el objetivo se cumpla y
a formular propuestas para acelerar los progresos. Se espera también
de ellos que analicen que recursos adicionales se pueden movilizar e invertir
en el desarrollo agrícola y rural para reducir el número de
personas afectadas por el hambre y la pobreza.
Los acuerdos establecidos en la Cumbre de 1996 - la Declaración de
Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial y el Plan de Acción de
la Cumbre Mundial sobre la Alimentación
(http://www.fao.org/wfs/final/rd-s.htm)
no se reabrirán para su discusión. En cambio, se pedirá
a los Jefes de Estado o de Gobierno que reafirmen su compromiso para conseguir
los objetivos sobre los que ya existía un acuerdo previo.
Los documentos: "Fomentar la voluntad política para luchar contra
el hambre" "Movilización de recursos para combatir el hambre" y "Nuevos
desafíos para conseguir los objetivos de la Cumbre Mundial sobre la
Alimentación" se encuentran en:
http://www.fao.org/unfao/bodies/cfs/cfs27/cfs2001-s.htm.
Su discusión tendrá lugar en la próxima reunión
del Comité sobre Seguridad Alimentaria que se celebrará en
Roma del 28 de mayo al 1 de junio 2001.
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