La gente de menos recursos en los países en desarrollo paga por un litro de agua 12 veces más, en promedio, que los ciudadanos conectados a los sistemas municipales, según la Comisión Mundial del Agua para el Siglo XXI, presidida por Ismail Serageldin, vicepresidente de la división de programas especiales del Banco Mundial.
Muchas ciudades subsidian la red hidráulica para beneficiar a los pobres. En numerosos casos esto da por resultado servicios inadecuados; con muchos de los vecindarios pobres de rápido crecimiento careciendo de infraestructura urbana. Entonces, la gente de menos recursos termina por comprar el agua a vendedores que se dedican a esta actividad, pudiendo estar sucia o contaminada, muchas veces al precio subsidiado que los ricos pagan por agua tratada, agua entubada: 60 veces más cara en Yakarta, Indonesia; 83 veces más cara en Karachi, Paquistán; y 100 más cara en Puerto Príncipe, Haití; o en Nouakchott, la capital de Mauritania.
"Es apabullante saber que para conseguir agua, la gente pobre paga un precio diez veces más caro que la gente rica y, para colmo, de mala calidad", afirma Ismail Serageldin. "Existe un vínculo directo entre esta falta de acceso y gran cantidad de enfermedades que atacan a la gente de menos recursos en los países en desarrollo."
A este problema contribuye la calidad del agua que se vende en ciudades del mundo en desarrollo, por quienes se dedican a satisfacer esta necesidad a falta de servicios formales satisfactorios. Habitualmente, la entrega se realiza en camiones repartidores que obtienen el agua de ríos contaminados y de otras fuentes desconocidas, por lo general sin ningún control de calidad. La mayoría de estas muertes se deben a hábitos de higiene deficientes, y el agua potable es indispensable para una higiene adecuada.
Los hallazgos de la Comisión Mundial son resultado de una consulta realizada en todo el planeta entre profesionales del campo de los recursos hidráulicos y sus usuarios como parte del proceso denominado Visión Mundial del Agua, que empezó apenas hace un año. Los primeros resultados del ejercicio de este proceso se discutieron en la Segunda Reunión de la Comisión Mundial del Agua para el Siglo XXI, celebrada esta semana durante el Simposio del Agua en Estocolmo y presidida por Ismail Serageldin.
El consecuente Marco de Acción se presentará durante el Segundo Foro Mundial sobre el Agua y la Conferencia Ministerial, programados para celebrar el Día Mundial del Agua en el año 2000, que se llevarán a cabo los días 17-22 de marzo en La Haya, Países Bajos. El propósito de dicha conferencia es convertir la conciencia pública sobre el agua en un compromiso político.
La Comisión Mundial del Agua recopila información de gran variedad de fuentes, incluyendo su propia investigación, informes del Banco Mundial, de las Naciones Unidas, encuestas realizadas por el sector privado, organizaciones no gubernamentales y otras fuentes en Internet. Sus conclusiones no son definitivas, sino más bien preliminares, pero sí muestran las tendencias.
La situación en Lima, Perú es un ejemplo típico de lo anterior. Una familia pobre paga a un repartidor US$3 por metro cúbico de agua, más de 20 veces el precio que una familia de clase media paga por recibir el vital líquido en su propia casa. Las familias pobres utilizan únicamente una sexta parte del consumo de una familia de clase media, pero su cuenta mensual es el triple de lo que paga una familia conectada al sistema urbano.
En Abidjan, Costa de Marfil, el precio del agua para la gente de pocos recursos es 5 veces más cara que para quienes están conectados al sistema público; en Cali, Colombia y en Túnez, Tunicia el agua llega a ser 10 veces más cara; en Nairobi y Lagos es 11 veces más cara; en Lima 17 veces; en Guayaquil, Ecuador, 20 veces; en Dhaka, Bangladesh, 25 veces; y en el Cairo, 40 veces más.
Para el año 2000 habrá 21 ciudades en el mundo con más de 10 millones de habitantes, y 17 de ellas estarán en países en desarrollo. Para el año 2030, las poblaciones urbanas en todo el mundo serán el doble de tamaño que la población rural. Las ciudades del mundo en desarrollo, en conjunto, crecerán en 160% a lo largo de este periodo; mientras que las poblaciones rurales crecerán únicamente 10%.
Desafortunadamente, el costo de proporcionar acceso generalizado al agua potable para el año 2010 es elevado, entre $31 y $35 mil millones de dólares anuales. Es poco probable que los países en desarrollo tengan los recursos para financiar una infraestructura de este tipo, incluso contando con ayuda internacional.
La Comisión Mundial del Agua para el Siglo XXI cuenta con el apoyo de todos los órganos de las Naciones Unidas y el Banco Mundial. Entre sus patrocinadores están los Países Bajos (Asociación Nacional de Desarrollo Internacional, NEDA por su acrónimo en inglés); Luxemburgo (Ministerio de Relaciones Exteriores); el Reino Unido (Departamento de Desarrollo Internacional, DFID por sus siglas en inglés); Finlandia (Organismo Finlandés de Desarrollo Internacional - FINNIDA, por su acrónimo en inglés); Suecia (Autoridad Sueca de Desarrollo Internacional - SIDA, por sus siglas en inglés); Japón (Ministerio de la Construcción); Canadá (Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional - CIDA, por su acrónimo en inglés); el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por su acrónimo en inglés); la Asociación Mundial del Agua (GWP, por sus siglas en inglés); y la Fundación Ford.
Vínculos útiles:
para mayores informes sobre la Asociación Mundial del Agua, visite www.gwp.sida.se
Si desea información más detallada sobre el Simposio del Agua en Estocolmo y del Instituto Internacional del Agua, de Estocolmo, visite www.siwi.org
Si desea leer un comunicado de servicios públicos sobre el tema del agua, del Banco Mundial, visite www.worldbank.org/html/extdr/video/psa-water.htm